Cada otoño, nuestra familia tiene la tradición de hornear galletas para nuestros seres queridos. Normalmente, armábamos casitas de jengibre para nuestros tíos y sus familias y siempre las decorábamos al estilo de una estereotípica "Blanca Navidad", después las rellenábamos con otros tipos de galletitas. Sin embargo, hace unos años se nos ocurrió que estos regalos podían ser una oportunidad para recordarles a nuestros familiares el verdadero significado de la Navidad, así que cambiamos el diseño de nuestras casitas y creamos esta dulce escena:
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